Programación Didáctica. Proceso Creativo en 7 pasos.

El proceso de elaboración de una programación didáctica escrita para maestros o profesores, no solo requiere de un enfoque metodológico y pedagógico, sino también de creatividad, y por tanto de un proceso creativo.

En este artículo, aprenderemos a desbloquear la creatividad y formentar la creación de ideas innovadoras para conseguir crear una programación didáctica de diez, que incluya tu sello personal.

Proceso creativo de la programación didáctica en 7 pasos.

1. Explora:

Antes de comenzar a elaborar la programación, es importante dedicar tiempo a la exploración y documentación. Sumérgete en diversas fuentes para encontrar inspiración, como libros, artículos, recursos educativos en línea y materiales de enseñanza. Puedes probar a buscar en Google Academics.

Mantén un diario de ideas, donde puedas anotar pensamientos, conceptos interesantes y enfoques pedagógicos que te inspiren.

Estudia detenidamente el currículo oficial establecido para la asignatura o área en la que deseas elaborar la Programación Didáctica. Comprende los objetivos, contenidos y criterios de evaluación establecidos. Realiza una lista o esquema con palabras clave de cada uno de ellos.

2. Reflexiona:

Piensa en tus valores como educador/a y en tu visión de cómo debería ser el proceso de enseñanza-aprendizaje. Cómo quieres que tus estudiantes aprendan y qué habilidades y conocimientos deben adquirir.

Define cuáles son los aspectos más importantes para ti y cómo deseas transmitirlos a tus estudiantes. Así, ya tendrás una base sobre la que trabajar tu sello personal.

3. Imagina:

El siguiente paso consiste en liberar tu mente y generar ideas creativas. Realiza sesiones de brainstorming, si puedes también en grupo, donde puedas dejar volar tu imaginación. No es necesario que sean expertos en educación. Sólo cuéntales tu idea, y recibe sus impresiones.

No te preocupes por la viabilidad o la implementación en esta etapa, simplemente enfócate en generar la mayor cantidad de ideas posibles. Anota todas las ideas, por más descabelladas que parezcan.

Anota todas las ideas de actividades, sobre todo aquellas más originales y creativas, que se te ocurran y promuevan el pensamiento crítico, la participación activa de los estudiantes y la conexión con el mundo real.

Ten en cuenta la diversidad de tu alumnado y cómo adaptarás la enseñanza para atender las necesidades individuales. Incluye estrategias de apoyo y recursos para promover la inclusión y el aprendizaje de todos los estudiantes.

4. Selecciona:

Una vez que hayas generado una lista de ideas, es hora de seleccionar las más relevantes y viables. Examina cada idea y evalúa su alineación con un contexto definido, así como los objetivos educativos, el currículo y los recursos disponibles.

Imagina cómo sería el proceso de aprendizaje ideal para tus estudiantes. Visualiza y anota cómo serían tus alumnos, tus clases, las interacciones, dinámicas de grupo y recursos que podrían enriquecer su experiencia educativa.

Descarta las ideas que no encajen o que sean demasiado difíciles de implementar. Prioriza aquellas que sean innovadoras, interesantes y prometedoras en términos de aprendizaje de los estudiantes.

5. Diseña:

Considera, a partir de las ideas seleccionadas diferentes actividades, estrategias, recursos y materiales didácticos que sean apropiados para cada actividad. También el uso de tecnología, proyectos colaborativos o juegos educativos, entre otros.

Define cómo evaluarás el aprendizaje de los estudiantes de manera creativa y auténtica. Piensa en diferentes formas de evaluación, como proyectos, presentaciones, portfolios, debates, entre otros, que reflejen el proceso de aprendizaje y fomenten la autonomía de los estudiantes.

6. Organiza:

Con las ideas seleccionadas, es momento de darles una estructura y organizarlas en la programación didáctica.

Define los bloques temáticos, las unidades didácticas o situaciones de aprendizaje, y la secuencia lógica de los contenidos.

Utiliza un hilo conductor para dar coherencia y conexión a lo largo de la programación. Se trata de crear un tema central que atraviesa todo el desarrollo de la programación y que permite a los estudiantes comprender, bajo esa temática propuesta, la relación entre los diferentes contenidos y el propósito general de la asignatura.

Considera la progresión y la continuidad de los aprendizajes, asegurándote de que los objetivos sean alcanzables y realistas.

7. Revisa:

No temas probar nuevas ideas y ajustar tu Programación Didáctica a medida que avanzas. La creatividad y la innovación requieren flexibilidad y disposición para adaptarse según las necesidades y feedback de los estudiantes.

Una vez que hayas finalizado la primera versión de la programación, o su estructura general, es importante revisar y mejorar de forma continua. No te preocupes si esa “primera versión” tiene varias versiones a su vez. Es normal desechar o volver atrás en este proceso creativo de la programación didáctica varias veces.

Asegúrate de que los objetivos, contenidos, actividades y criterios de evaluación estén alineados y sean coherentes. Realiza cambios y mejoras según sea necesario.

Obtén retroalimentación de otros compañeros o tu preparador para obtener diferentes perspectivas y sugerencias. Busca la opinión de tus colegas y considera las necesidades y características específicas de tus estudiantes.

El proceso creativo de la programación didáctica es único para cada docente, por lo que te animo a explorar, experimentar y confiar en tu capacidad para diseñar una Programación Didáctica original y estimulante. Requiere de exploración, de ideas atrevidas y al mismo tiempo realistas, que se puedan en un formato estructurado.

No temas desafiar los enfoques tradicionales y explorar nuevas formas de enseñanza y aprendizaje. La creatividad desempeña un papel fundamental para inspirar y motivar a los estudiantes, y para ofrecerles experiencias educativas enriquecedoras.

¡Permítete ser creativo y disfrutar del proceso de creación de tu programación didáctica!

maria

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